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Podemos decir que Hillary Clinton fue el perfil más alto y la Secretaria de Estado más políticamente potente en la historia reciente. Ella lideraba un electorado local en los Estados Unidos. A través de todo el mundo fue una entidad reconocida, popular entre las élites y la gente normal en todos los continentes.
Ella pudo haber empleado ese poder para servir a determinados fines – pero lo usó para hacer avanzar los derechos humanos, el desarrollo, y elevar la situación de las mujeres en todo el mundo.
Podemos decir que su legado más duradero será la formación de una entidad en el Departamento de Estado dedicada al fortalecimiento de las mujeres alrededor del mundo. La creación de la oficina del Embajador Plenipotenciario para Asuntos Globales de la Mujer significa que dentro del gobierno de los Estados Unidos hay una burocracia que está enfocada exclusivamente en asegurar que los asuntos de la mujer sean elevados cuando se trate de decisiones de política exterior.
Este es un asunto clave de nuestro tiempo. De todos los Objetivos de Desarrollo del Milenio, los pertenecientes a la salud y bienestar de mujeres y niñas son los más alejados de sus metas. El parto mata a 800 mujeres cada día; y hay un estimado de 222 millones de mujeres en el mundo que no tienen acceso a anticonceptivos modernos. Las mujeres continúan siendo marginadas, aun cuando los estudios demuestran que la mejor forma de mejorar las economías y potenciar los resultados del desarrollo es invertir en las mujeres y niñas.
Hay mujeres que han servido antes como Secretarias de Estado, por supuesto, pero para Hillary Clinton esta fue una causa singular. Hay otros logros que celebrar, incluyendo añadir los derechos a la protección de LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) a la agenda de los derechos humanos de los Estados Unidos; experimentar con nuevos métodos de compromiso y diplomacia digital; y liderar colaboraciones público-privadas, como la Alianza Global para Cocinas Limpias.
Estos fueron temas importantes y valiosos liderados por la Secretaria de Estado, por supuesto. Pero en mi libro, el legado de Clinton será más claramente manifiesto en su apoyo a las mujeres y niñas. Ella sabía que este era el asunto clave de nuestro tiempo en cuanto a desarrollo y derechos humanos, y emprendió pasos muy concretos para asegurar que los Estados Unidos apoyasen a mujeres y niñas en todo el mundo, aun mucho tiempo después de que ella abandonase la oficina. Ella será recordada como una Secretaria de Estado estelar.